Venus es la conexión más inmediata al amor universal.
El tiempo se demora cuando de saborear se trata. Sabor y saber tienen el mismo origen etimológico, sugiere “tener inteligencia”. Saborear nos invita al vínculo con el deseo, y “saber que deseamos”, nos hace sabios. La función venusina en el zodiaco trae el valor que como personas tenemos. El valor que -como individuos- nos damos. Reconocer nuestras luces, proyectarlas en cada persona, y ver a la tierra como el lugar que congrega muchos soles en constante interacción.
Esta semana, el 13 de julio, los amantes cósmicos (marte y venus), se encuentran en el signo de Leo, y esto traerá grandes momentos a nuestra vida. La energía de fuego leonino, nos conecta con la valentía y la acción; sintonizar con la fuerza del corazón que nos impulsa a encontrar la luz que somos. Esta energía conectada a marte y venus, alinea la vibración del ser con el desear y el hacer. Saber qué somos, qué es lo que nos diferencia del otro, qué es lo que nos conecta al otro, y expandir esa energía, traerá una nueva forma de relacionarnos con nosotros mismos.
Venus integra el grupo de los planetas personales, por tanto, es un “momento de la vida” que se requiere transitar, para el desarrollo de nuestra identidad. El planeta de la belleza, en la carta natal, nos da idea sobre como individualmente nos abriremos a dar a recibir amor; por tanto, se relaciona directamente al romance. Para la mujer, Venus será el tipo de relación que le motiva, y para los hombres, el tipo de mujer que le atrae.
Amantes cósmicos
Marte y Venus son conocidos por el encuentro entre la energía femenina y masculina, por lo que se le relaciona al amor romántico entre dos personas. Sin embargo, el amor al otro no puede generarse sin antes conectar individualmente con el amor propio. Amarnos tal cual somos, aceptar todos los aspectos de la personalidad, cuidarte, respetar tus límites, crecer y mirarte, no va a poder ser disfrutado en conjunto, si antes no lo hacemos unilateralmente.
Este aspecto de conjunción en Leo nos invita a ponernos la mano en el corazón y preguntarnos: ¿para qué hacemos lo que hacemos diariamente; cuánta apertura al disfrute tenemos; cuánto me valoro; me relaciono con el otro a través del amor?
Porque el acceso que esta inteligencia energética trae, es aprender a integrar y trasladar los aspectos del ser, a todos los aspectos de nuestra vida. Trabajar con placer, disfrutar de la espiritualidad, conectarnos con nosotros íntimamente y encontrar la forma personal de amar todo lo que hacemos, para amarnos a través de nuestras experiencias y amarnos a través del otro.
Esta semana te invito a que sientas ese fuego de leo y enciendas la chispa del amor más importante de tu vida: tú. Si logras amarte, amarás a otros.